lunes, 17 de octubre de 2011

Humanos y Animales... distintos desde las potencias hasta su carácter


Las facultades sensibles

Las potencias o facultades son la base para la capacidad de obrar y son el principio a traves del cual obra un sujeto. En el hombre existen múltiples potencias o facultades, y la suma o la totalidad de ellas no se identifican con el alma o la vida humana. El alma humana no se reduce a la totalidad de sus potencias, porque no es lo mismo la raíz de la vida que los diversos principios de obrar en que ésta se manifiesta.  Lo que le da vida a las potencias es un único principio vivificador.




Las facultades o potencias no se reducen a los órganos. Aunque existe una estrecha relación, no hay que confundir el soporte orgánico de la facultad con la facultad misma entera.  La facultad de la vista no se reduce al ojo, sino que da para más, ¿para qué?, precisamente para ver.






 










La jerarquía entre las distintas facultades sensibles

Las facultades están ordenadas entre si y también sus órganos respectivos pero el orden entre las facultades y órganos lo marca la jerarquía.  Este orden se patentiza por la dependencia de una potencia con otras potencias.
La escala jerárquica entre las potencias tiene en lo más alto de la pirámide la INTELIGENCIA, todas las facultades están subordinadas a la razón, los sentidos y apetitos sensibles existen en el hombre no de modo independiente sino en función de la razón.
Todas las potencias dependen entre si ya que unas nacen de otras





La distinción entre las funciones animales y humanas a nivel vegetativo

Las funciones vegetativas Tienen por objeto el mismo cuerpo, siendo éste vivificado por el alma a través de ellas. Se trata de tres funciones distintas: la nutrición, el desarrollo y la reproducción. su  funcion vegetativa mas baja es la nutrición, a la que también se llama metabolismo.

El desarrollo o crecimiento en sentido estricto es la función central de la vida vegetativa. En sentido estricto no consiste en un aumento de tamaño, en ser más alto, grueso, etc., sino en la operación que lleva a cabo la distinción orgánica.Tanto los animales las plantas y el ser humano tiene vida vegetativa
























La distinción en los sentidos externos


Los sentidos externos son aquellas facultades sensibles que además de vivificar a su propio órgano corpóreo, permiten conocer de modo sensible las realidades físicas particulares que están presentes. Los sentidos externos son cinco, según la tradicional clasificación, en atención a los diversos actos de ellos, y a los diversos objetos conocidos por dichos actos: tacto, gusto, olfato, oído y vista




En los sentidos externos se pueden diferenciar dos grupos:



a) Los inferiores: tacto, gusto y olfato




















y b) Los superiores: oído y vista.






















La distinción en los sentidos internos
Al conocimiento sensible que permiten los sentidos externos sigue el de los sentidos internos, que captan los actos de nuestros sentidos, retienen objetos conocidos por la sensibilidad externa, forman otros y los valoran. Los sentidos internos son cuatro, también siguiendo la clasificación tradicional. Distinción tomada también de los distintos actos y objetos por ellos conocidos. 
Son el sensorio común, también denominado conciencia sensible o percepción,  

 







  la imaginación, 











 la memoria sensible,



y la que los medievales denominaban cogitativa, que nos aleja del peligro

Estimativa...












La distinción en los apetitos sensitivos
Los apetitos sensibles son la inclinación que sigue al conocimiento sensible. El modo de apetecer de estas tendencias es distinto del que sigue a la razón, el propio de la voluntad. El primero es pasivo y sigue a lo conocido sensiblemente, particular, por tanto. El segundo se va actualizando progresivamente y sigue a lo conocido por la razón.
Lo propio del apetito sensible es desear lo sensible, y consta de dos inclinaciones suficientemente distintas:
El apetito concupiscible, se inclina a buscar lo conveniente y a evitar lo nocivo actualmente percibido.



El irascible, por tanto, tiene que vencer unas dificultades para conseguir su bien deseado; molestias de las que prescinde el primero, pues consigue su objetivo con suma facilidad.



La distinción en los sentimientos sensibles
Los sentimientos son los estados en que se encuentran las facultades sensibles. Evidentemente ello depende en buena medida de la disposición corporal. Si el órgano de una facultad está bien dispuesto de modo que ésta puede actuar bien, se nota agrado; si mal, desagrado. Se percibe entonces si el acto que se ejerce es adecuado o no, si va bien o mal al estado, también corpóreo, cambiante y transitorio de la facultad sensible, tal como se encuentra en ese momento determinado




La distinción entre el movimiento animal y el humano
Si las tendencias apetitivas inclinan al bien concreto y sensible, las locomotrices son la tendencia a ocupar un lugar. Su acto no es ninguna operación inmanente, sino una acción, un movimiento. Se trata del desplazamiento local. A los movimientos corpóreos del animal se le llama conducta. A los del hombre, en virtud de la radical distinción, comportamiento

Los movimientos del animal son instintivos.










Los del hombre corregidos y educados racionalmente. 




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